(...) Si. La luz que se cuela entre los ramajes espesos, la luz desafiando oscuras evidencias. Tozudas evidencias. Si. La luz que se guarda en la hucha de las provisiones, en el corazón de unos cuantos cincos amasados entre las manos de los niños, aprovisionados como migas de pan, guardados con fragilidad y ternura para un camino incierto. Si. (...)