(...) Soy un privilegiado que ha podido quedarse en casa. Mi trabajo florece entre las capas sutiles que cubren la soledad y el recogimiento. Es maleable como la oportunidad, impredecible como el hallazgo. Así que me he resguardado, continuando la vida entre partituras, libros, lápices y noches exaltadas. He visto más cine de lo habitual, he escuchado más óperas que nunca, también he vuelto a leer poesía por las noches, a escribir (...)